EL TIEMPO
Nada es eterno.
Tan solo existen momentos.
La aridez del paso del tiempo,
se compensa con apenas un segundo
de generosa dádiva.
La monótona cadencia
del transcurrir de los días,
se mitiga, con el esplendor
de un minuto glorioso.
La fatiga del peregrinaje,
proceloso, ineludible,
se diluye en los tornasolados
reflejos de un codiciado instante.
La vida se revalida de continuo. ®
Tan solo existen momentos.
La aridez del paso del tiempo,
se compensa con apenas un segundo
de generosa dádiva.
La monótona cadencia
del transcurrir de los días,
se mitiga, con el esplendor
de un minuto glorioso.
La fatiga del peregrinaje,
proceloso, ineludible,
se diluye en los tornasolados
reflejos de un codiciado instante.
La vida se revalida de continuo. ®
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