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Un soplo de brisa fresca

ROSALÍA DE CASTRO (1837 – 1885)

ROSALÍA DE CASTRO (1837 – 1885)

LA VIDA

Nacimiento.

Rosalía de Castro nació el 24 de febrero de 1837 en una casa situada a la derecha del Camino Nuevo, antigua vía de entrada en Compostela para los viajeros procedentes de Pontevedra. Fue bautizada la niña, pocas horas después de su nacimiento, en la Capilla del Hospital Real, con los nombres de María Rosalía Rita, y como hija de padres desconocidos.

Niñez y mocedad.

Nada en concreto sabemos de la educación de Rosalía, que en la escuela primaria mostró ya aptitudes para verificar; Cultivaba estas dos actividades artísticas, el dibujo y la música. Era aficionada a la declamación, ya que en 1854 interpretó el papel principal del drama Rosmunda, de Gil y Zárate, en el Liceo de la Juventud; y en el 1860, ya casada, participó en una función dramática a beneficio de los heridos en la campaña de Africa, también en Santiago. En ambas ocasiones alcanzó éxito extraordinario.

Matrimonio.

Rosalía de Castro contrajo matrimonio con Manuel Martínez Murgía el 10 de octubre de 1858,en la iglesia parroquial de San Ildefonso. Al año siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más. El domicilio del matrimonio cambio muchas veces. La vida de Rosalía se desenvuelve entre Madrid y Simancas, donde escribió la mayoría de las composiciones de Follas novas.

Muerte.

Rosalía nunca disfrutó de una buena salud. Ya de joven parecía predestinada a una muerte temprana. Su vida estuvo seriamente amenazada a raíz de su matrimonio. Luchando siempre con la enfermedad a menudo con la penuria, muchas veces con los perjuicios, las incomprensiones y las injusticias de la sociedad que le rodeaba, vivió consagrada a su hogar a sus hijos y a su marido, sin aspirar a ninguna gloria recluida plenamente en la vida privada. Durante dos años la consumió el cáncer y luego de tres días de agonía falleció (15 de julio de 1885).

LA OBRA

Iniciación.

Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. La Rosalía que a los 17 años era figura destacada en la sociedad literaria del "Liceo de la Juventud", se impregnó del ambiente romántico que entonces reinaba en Santiago. Aurelio Aguirre era el príncipe de aquella juventud soñadora. En su primer libro La Flor, registra huellas de Zorrilla, pues acusa una sinceridad de sentimientos notable, y un sentimiento trágico de la existencia. Al año siguiente de su matrimonio publica La Hija del Mar, una novela romántica, de tendencia folletinesca, cuya acción se sitúa en tierras de Muxía. Flavio, es también una narración romántica, pero la acción folletinesca es sustituida por el interés sociológico, los personajes principales están, dentro de su idealización, caracterizados con relieve, y hay una carga de pasión poderosa que revela una fuerza creadora de indudable autenticidad.

Madurez.

Dentro del mismo género, consideramos más interesantes entre sus obras: Ruinas y El Caballero de las Botas Azules.

Ruinas es un cuadro de costumbres, centrado alrededor de tres tipos humanos, tres habitantes de una pequeña villa, ejemplares por sus valores espirituales, que se sobreponen a su decadencia social. El estilo es llano, humor cordial, desengranado y generoso, agudamente satírico, se cierne sobre todo el relato.

El caballero de las botas azules, fantasía satírica. Confluyen elementos de dos campos, por una parte, la libre imaginación y por otra, la sátira realista de costumbres. Para poner la ridiculez, la hipocresía, la locura y la ignorancia que reinaba en la sociedad. Presenta un afán por castigar a las gentes de irresponsables y necias.

Follas novas, es el título de su último libro que contiene su ontología, su metafísica, no hay en ellos la menor intención didáctica, ni ningún propósito filosófico. Rosalía desahoga su corazón en estos poemas que revelan una visión sombría de la existencia humana. Pero su sinceridad, testimonio de vivencias no enturbiadas en su comunicación por ganga de inhibiciones o perjuicios. En este sentido son registros de una visión de la vida de gran autenticidad.

En los Cantares, Rosalía asume la voz del pueblo gallego. Su obra maestra en castellano es, En las orillas del Sar, versos de tono íntimo, de extraña penetración, cargados de nocturna belleza. Otras piezas de literatura rosaliana son poesías sueltas, cuadros breves de costumbres, artículos de revistas y un cuento en gallego.

POEMAS:

Cando vos oyo tocar,
campaniñas, campaniñas,
sin querer torno á chorar.

Cando de lonxe vos oyo,
penso que por min chamades,
e d’as entrañas me doyo.

Dóyome de dor ferida,
qu’antes tiña vida enteira
y hoxe teño media vida.

Sólo media me deixaron
os que d’aló me trouxeron
os que d’aló me roubaron.

Non me roubaron, traidores,
¡ai!, uns amores toliños,
¡ai!, uns toliños amores.

Qu’os amores xa fuxiron...
As soidades viñeron...
De pena me consumiron.

(Fragmento de "Campanas de Bastabales"

Miña terra, miña terra,
terra donde m’eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei.

Prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiñas d’o meu contento.

Muiño d’os castañares,
noites craras d’o luar,
campaniñas timbradoiras
d’a igrexiña d’o lugar.

Amoriñas d’as silveiras
que eu lle daba ô meu amor,
camiñiños antr’o millo,
¡adiós para sempr’adiós!

¡Adiós, gloria! ¡Adiós, contento!
¡Deixo a casa onde nascín,
deixo a aldea que conoço,
por un mundo que non vin!

Deixo amigos por extraños,
deixo a veiga pol-o mar;
deixo, en fin, canto ben quero...
¡quén puidera non deixar!

(fragmento de "Adiós ríos, adiós fontes)

A ORILLAS DEL SAR

I

A través del follaje perenne
que oír deja rumores extraños,
y entre un mar de ondulante verdura,
amorosa mansión de los pájaros,
desde mis ventanas veo
el templo que quise tanto.

El templo que tanto quise...,
pues no sé decir ya si le quiero,
que en el rudo vaivén que sin tregua
se agitan mis pensamientos,
dudo si el rencor adusto
vive unido al amor en mi pecho.

2

¡Otra vez!, tras la lucha que rinde
y la incertidumbre amarga
del viajero que errante no sabe
dónde dormirá mañana,
en sus lares primitivos
halla un breve descanso mi alma.

Algo tiene este blando reposo
de sombrío y de halagüeño,
cual lo tiene, en la noche callada,
de un ser amado el recuerdo,
que de negras traiciones y dichas
inmensas, nos habla a un tiempo.

Ya no lloro..., y no obstante, agobiado
y afligido mi espíritu, apenas
de su cárcel estrecha y sombría
osa dejar las tinieblas
para bañarse en las ondas
de luz que el espacio llenan.

Cual si en suelo extranjero me hallase,
tímida y hosca, contemplo
desde lejos los bosques y alturas
y los floridos senderos
donde en cada rincón me aguardaba
la esperanza sonriendo.

(fragmento de "A las orillas del Sar")

MARGARITA

1

¡Silencio, los lebreles
de la jauría maldita!
No despertéis a la implacable fiera
que duerme silenciosa en su guarida.
¿No veis que de sus garras
penden gloria y honor, reposo y dicha?

Prosiguieron aullando los lebreles...
-Los malos pensamientos homicidas!-
y despertaron la temible fiera...
-¡la pasión que en el alma se adormía!-
Y ¡adiós! en un momento,
¡adiós gloria y honor, reposo y dicha!

2

Duerme el anciano padre, mientras ella
a la luz de la lámpara nocturna
contempla el noble y varonil semblante
que un pesado sueño abruma.

Bajo aquella triste frente
que los pesares anublan,
deben ir y venir torvas visiones,
negras hijas de la duda.

Ella tiembla..., vacila y se estremece...
¿De miedo acaso, o de dolor y angustia?
Con expresión de lastima infinita,
no sé qué rezos murmura.

Plegaria acaso santa, acaso impía,
trémulo el labio a su pesar pronuncia,
mientras dentro del alma la conciencia
contra las pasiones lucha.

¡Batalla ruda y terrible
librada ante la víctima, que muda
duerme el sueño intranquilo de los tristes
a quien ha vuelto el rostro la fortuna!

Y él sigue en reposo, y ella,
que abandona la estancia, entre las brumas
de la noche se pierde, y torna al alba,
ajado el velo..., en su mirar la angustia.

Carne, tentación, demonio,
¡oh!, ¿de cuál de vosotros es la culpa?
¡Silencio...! El día soñoliento asoma
por las lejanas alturas,
y el anciano despierto, ella risueña,
ambos su pena ocultan,
y fingen entregarse indiferentes
a las faenas de su vida oscura.

(fragmento de "Margarita")"

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