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Un soplo de brisa fresca

Poetas de ayer, hoy y siempre

SI TU ME OLVIDAS (Pablo Neruda)

SI TU ME OLVIDAS (Pablo Neruda)

 

 

Quiero que sepas una cosa

Tú sabes cómo es esto:

 

Si miro

la luna de cristal, la rama roja

del lento otoño en mi ventana.

 

Si toco

junto al fuego

la impalpable ceniza

o el arrugado cuerpo de la leña,

todo me lleva a ti,

como si todo lo que existe,

aromas, luz, metales,

fueran pequeños barcos que navegan

hacia las islas tuyas que me aguardan.

 

Ahora bien,

si poco a poco dejas de quererme

dejaré de quererte poco a poco.

 

Si de pronto

me olvidas

no me busques,

que ya te habré olvidado.

 

Si consideras largo y loco

el viento de banderas

que pasa por mi vida

y te decides

a dejarme a la orilla

del corazón en que tengo raíces,

piensa

que en ese día,

a esa hora

levantaré los brazos

y saldrán mis raíces

a buscar otra tierra.

 

Pero

si cada día,

cada hora

sientes que a mí estás destinada

con dulzura implacable.

 

Si cada día sube

una flor a tus labios a buscarme,

ay amor mío, ay mío,

en mí todo ese fuego se repite,

en mí nada se apaga ni se olvida,

mi amor se nutre de tu amor, amada,

y mientras vivas estará en tus brazos

sin salir de los míos.

 

Pablo Neruda

EL POETA ES UN FINGIDOR (Fernando Pessoa)

EL POETA ES UN FINGIDOR (Fernando Pessoa)

O poeta é um fingidor

O poeta é um fingidor.
Finge tão completamente
Que chega a fingir que é dor
A dor que deveras sente.

E os que lêem o que escreve,
Na dor lida sentem bem,
Não as duas que ele teve,
Mas só a que eles não têm.

E assim nas calhas de roda
Gira, a entreter a razão,
Esse comboio de corda
Que se chama coração.

 

El poeta es un fingidor

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.

Y quienes leen lo que escribe,
Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive
Sino aquél que no han tenido.

Y así va por su camino,
Distrayendo a la razón,
Ese tren sin real destino
Que se llama corazón.

Fernando Pessoa

No se mide el dolor cuando atribula

su carga desmedida, siempre amarga,

que pesando en la vida se acumula,

contra toda alegría confabula

y nunca de su peso nos descarga.

 .

Las armas infinitas del dolor

se emboscan, ni siquiera se sospechan,

detrás de la mirada del amor,

del odio, de la envidia, del rencor

y al alma y a la carne, siempre acechan.

.

El dolor nos desmembra, nos amarra,

nos ancla a la tristeza, nos estruja,

con su zarpa traidora nos desgarra,

sin ninguna piedad. Maldita garra

que a maldecir, heridos, nos empuja.

.

Cuando el dolor me enseña su cuchillo

y, por fin, en la espalda me lo clava,

decido renegar, no me arrodillo,

de nada me arrepiento, no me humillo

y prefiero morir, a ser su esclava.

.

Cuando el dolor me punza y me mutila

cada vez que me puede doler tanto

que en lágrimas de sangre me destila,

si su lengua de fuego me aniquila,

mis cenizas ignoro y me levanto.

.

Cuando el dolor me hiere, me socava,

me invade, me fusila, me derrumba,

mi propia tumba con mis manos cava,

me hace resucitar, mucho más brava

y soy yo quien lo entierra en esa tumba.

.

Cuando el dolor me empuja al precipicio

y estoy al borde mismo de la muerte,

casi siempre recobro mi buen juicio,

pues me arranco los clavos del suplicio,

ya que, si no me mata, me hace fuerte.

 

Disfrazan al dolor muchos barnices

y la vida se agota, gota a gota,

podremos ser dichosos o infelices,

mas, yo suelo besar mis cicatrices,

porque el dolor, aún, no me derrota..

 

Myroslava Sternova

A UNA LÁGRIMA

A UNA LÁGRIMA

Hoy dejo un poema de un gran autor...Esteban Echeverría. Es tan solo una muestra de una obra que vale la pena conocer.

 

Si la magia del arte
cristalizar pudiera,
esa gota ligera
de origen celestial;
en la más noble parte
del pecho la pondría:
ningún tesoro habría
en todo el orbe igual.

Por ella amor se inflama,
por ella amor suspira,
ella a la par inspira
ternura y compasión:
su luz es como llama
del cielo desprendida,
que infunde al mármol vida,
penetra el corazón.

¡Quién mira indiferente
la lágrima preciosa
que vierte generosa
la sensibilidad!
Su brillo, transparente
del alma el fondo deja,
y hasta el matiz refleja
de la felicidad.

Permite que recoja
esa preciosa perla;
los ángeles al verla
mi dicha envidiarán:
amor en su congoja,
para calmar enojos,
en tus divinos ojos
puso ese talismán.

SE VA EL VERANO....

SE VA EL VERANO....

Un verano más que se va. Y habrá quienes digan que ha transcurrido sin pena ni gloria. También quienes lo hayan vivido como algo especial, y tengan motivos para guardarlo en un futuro en su memoria e incluso en su corazón.
Como cada año, todos y cada uno de nuestros pueblos estallaron con la alegría de sus diferentes fiestas. Las playas se llenaron, las ciudades se vaciaron..., todo igual que siempre.
Ha sido éste sin duda el verano de la crísis. El verano más largo y caluroso de los últimos tiempos.
Pero también ha sido el verano en que, por primera vez, nos coronamos campeones del Mundo de Fútbol, mientras veíamos como nuestro Rafa Nadal, despues del susto del año pasado, recuperaba el nº 1 en el ranking de la A.T.P.
Ahora, poco a poco se va marchando... Las tardes cada vez son un poco más cortas, y empezamos a recurrir a las chaquetas a primera y última hora del día. Ya pronto el paraguas volverá a ser incómodo compañero.
Para quienes hayan vivido el verano más feliz de su vida y también para los que hayan sufrido de desamor u olvido -para todos- .....van estos poemas del gran Charles Baudelaire...
Y ya sabeis...la vida sigue...

EL ALBATROS

Por distraerse, a veces, suelen los marineros
Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío surcando los amargos abismos.

Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,
Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan penosamente arrastrando las alas,
Sus grandes alas blancas semejantes a remos.

Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!
Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!
¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,
Aquél, mima cojeando al planeador inválido!

El Poeta es igual a este señor del nublo,
Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.

LAS JOYAS

Ella estaba desnuda, y, sabiendo mis gustos,
Sólo había conservado las sonoras alhajas
Cuyas preseas le otorgan el aire vencedor
Que las esclavas moras tienen en días fastos.

Cuando en el aire lanza su sonido burlón
Ese mundo radiante de pedrería y metal
Me sumerge en el éxtasis; yo amo con frenesí
Las Cosas en que se une el sonido a la luz.

Ella estaba tendida y se dejaba amar,
Sonriendo de dicha desde el alto diván
A mi pasión profunda y lenta como el mar
Que ascendía hasta ella como hacia su cantil.

Fijos en mí sus ojos, como en tigre amansado,
Con aire soñador ensayaba posturas
Y el candor añadido a la lubricidad
Nueva gracia agregaba a sus metamorfosis;

Y sus brazos y piernas, sus muslos y sus flancos
Pulidos como el óleo, como el cisne ondulantes,
Pasaban por mis ojos lúcidos y serenos;
Y su vientre y sus senos, racimos de mi viña,

Avanzaban tan cálidos como Ángeles del mal
Para turbar la paz en que mi alma estaba
Y para separarla del peñón de cristal
Donde se había instalado solitaria y tranquila.

Y creí ver unidos en un nuevo diseño
-Tanto hacía su talle resaltar a la pelvis-
Las caderas de Antíope al busto de un efebo,
¡Soberbio era el afeite sobre su oscura tez!-

Y habiéndose la lámpara resignado a morir
Como tan sólo el fuego iluminaba el cuarto,
Cada vez que exhalaba un destello flamígero
Inundaba de sangre su piel color del ámbar.

(Publicado por Juan Carlos Céspedes en Grandes Poetas)

Manuel Altolaguirre, un poeta intimista...

Manuel Altolaguirre, un poeta intimista...


LAS CARICIAS

¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
¡Qué acordes tan profundos!
¡Qué escalas de ternuras,
de durezas, de goces!
Nuestro amor silencioso
y oscuro nos eleva
a las eternas noches
que separan altísimas
los astros más distantes.
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!


TUS PALABRAS

Apoyada en mi hombro
eres mi ala derecha.
Como si desplegaras
tus suaves plumas negras,
tus palabras a un cielo
blanquísimo me elevan.
Exaltación. Silencio.
Sentado estoy a mi mesa,
sangrándome la espalda,
doliéndome tu ausencia.


ERA MI DOLOR TAN ALTO

Era mi dolor tan alto,
que la puerta de la casa
de donde salí llorando
me llegaba a la cintura.
¡Qué pequeños resultaban
los hombres que iban conmigo!
Crecí como una alta llama
de tela blanca y cabellos.
Si derribaran mi frente
los toros bravos saldrían,
luto en desorden, dementes,
contra los cuerpos humanos.
Era mi dolor tan alto,
que miraba al otro mundo
por encima del ocaso.


Trino

Quiero vivir para siempre
en torre de tres ventanas,
donde tres luces distintas
den una luz a mi alma.

Tres personas y una luz
en esa torre tan alta.

Aquí abajo, entre los hombres,
donde el bien y el mal batallan,
el dos significa pleito,
el dos indica amenaza.

Quiero vivir para siempre
en torre de tres ventanas.


FIN DE UN AMOR

No sé si es que cumplió ya su destino,
si alcanzó perfección o si acabado
este amor a su límite ha llegado
sin dar un paso más en su camino.
Aún le miro subir, de donde vino,
a la alta cumbre donde ha terminado
su penosa ascensión. Tal ha quedado
estático un amor tan peregrino.
No me resigno a dar la despedida
a tan altivo y firme sentimiento
que tanto impulso y luz diera a mi vida.
No es culminación lo que lamento.
Su culminar no causa la partida,
la causará, tal vez, su acabamiento.

Crepúsculo

¡Ven, que quiero desnudarte!
Ya se fue la luz, y tengo
cansancio de estos vestidos.
¡Quítame el traje! Que crean
que he muerto, porque, desnuda
mientras me velan el sueño,
descanso toda la noche;
porque mañana temprano,
desnuda de mi desnudo,
iré a bañarme en un río,
mientras mi traje con traje
lo guardarán para siempre.
Ven, muerte, que soy un niño,
y quiero que me desnuden,
que se fue la luz y tengo
cansancio de estos vestidos.

( De Vida poética)

Noche

El alma es igual que el aire.
con la luz se hace invisible,
perdiendo su honda negrura.
Sólo en las profundas noches
son visibles alma y aire.
Sólo en las noches profundas.

Que se ennegrezca tu alma
pues quieren verla mis ojos.
Oscurece tu alma pura.
Déjame que sea tu noche,
que enturbie tu transparencia.
¡Déjame ver tu hermosura!

(De Lo invisible)

Notas biográficas

Nació en Málaga en 1905. Cursó la carrera de Derecho, que ejerció brevemente. Desempeñó también otras profesiones, además de la de abogado, sobre todo de impresor, publicando colecciones tipográficas a mano de poesía en Madrid, París, Londres, La Habana y Méjico: Poesía, La tentativa poética, Héroe, Caballo verde para la poesía, 1916, La Verónica, El ciervo herido.

Por todo esto se puede dudar si en su persona es mas importante valorar su poesía o su colaboración inestimable como vehículo material y estético de la poesía de los demás, tal es su importancia como impresor. Aparte de la tan citada Litoral, de la que fue Cofundador con Prados, publicó otras revistas importantes y destacables, como su mujer -la poetisa Concha Méndez- editó, en la colección Héroe, libros fundamentales de poesía.

En 1933 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su libro La lenta Libertad. La guerra civil le llevó a expatriarse, marchando a América y residiendo principalmente en Cuba y posteriormente en Méjico, donde continuó su labor como editor, si bien se va adentrando cada vez más en el mundo cinematográfico, como guionista, productor y director. Vuelto a España en 1959, halló la muerte ese mismo año, junto a su mujer, en un trágico accidente de automóvil.

(extraído de sapiens.ya.com/narci3012/manu.htm)

Un poema de GERARDO DIEGO

Un poema de GERARDO DIEGO

EL CIPRES DE SILOS

Enhiesto sutidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza
Chorro que a las estrellas casi alcanzas
devanado a sí mismo en loco empeño
Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño
Cuando te vi, señero, dulce, firme
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de dilirios verticales
mudo ciprés en el fervor de Silos.

Gerardo Diego

Poemas a la Navidad

Poemas a la Navidad

María Madre

La Virgen,
sonríe muy bella.
¡Ya brotó el Rosal,
que bajó a la tierra
para perfumar!

La Virgen María
canta nanas ya.
Y canta a una estrella
que supo bajar
a Belén volando
como un pastor más.

Tres Reyes llegaron;
cesa de nevar.
¡La luna le ha visto,
cesa de llorar!
Su llanto de nieve
cuajó en el pinar.

Mil ángeles cantan
canción de cristal
que un Clavel nació
de un suave Rosal.

Gloria Fuertes


ROSALÍA DE CASTRO (1837 – 1885)

ROSALÍA DE CASTRO (1837 – 1885)

LA VIDA

Nacimiento.

Rosalía de Castro nació el 24 de febrero de 1837 en una casa situada a la derecha del Camino Nuevo, antigua vía de entrada en Compostela para los viajeros procedentes de Pontevedra. Fue bautizada la niña, pocas horas después de su nacimiento, en la Capilla del Hospital Real, con los nombres de María Rosalía Rita, y como hija de padres desconocidos.

Niñez y mocedad.

Nada en concreto sabemos de la educación de Rosalía, que en la escuela primaria mostró ya aptitudes para verificar; Cultivaba estas dos actividades artísticas, el dibujo y la música. Era aficionada a la declamación, ya que en 1854 interpretó el papel principal del drama Rosmunda, de Gil y Zárate, en el Liceo de la Juventud; y en el 1860, ya casada, participó en una función dramática a beneficio de los heridos en la campaña de Africa, también en Santiago. En ambas ocasiones alcanzó éxito extraordinario.

Matrimonio.

Rosalía de Castro contrajo matrimonio con Manuel Martínez Murgía el 10 de octubre de 1858,en la iglesia parroquial de San Ildefonso. Al año siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más. El domicilio del matrimonio cambio muchas veces. La vida de Rosalía se desenvuelve entre Madrid y Simancas, donde escribió la mayoría de las composiciones de Follas novas.

Muerte.

Rosalía nunca disfrutó de una buena salud. Ya de joven parecía predestinada a una muerte temprana. Su vida estuvo seriamente amenazada a raíz de su matrimonio. Luchando siempre con la enfermedad a menudo con la penuria, muchas veces con los perjuicios, las incomprensiones y las injusticias de la sociedad que le rodeaba, vivió consagrada a su hogar a sus hijos y a su marido, sin aspirar a ninguna gloria recluida plenamente en la vida privada. Durante dos años la consumió el cáncer y luego de tres días de agonía falleció (15 de julio de 1885).

LA OBRA

Iniciación.

Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. La Rosalía que a los 17 años era figura destacada en la sociedad literaria del "Liceo de la Juventud", se impregnó del ambiente romántico que entonces reinaba en Santiago. Aurelio Aguirre era el príncipe de aquella juventud soñadora. En su primer libro La Flor, registra huellas de Zorrilla, pues acusa una sinceridad de sentimientos notable, y un sentimiento trágico de la existencia. Al año siguiente de su matrimonio publica La Hija del Mar, una novela romántica, de tendencia folletinesca, cuya acción se sitúa en tierras de Muxía. Flavio, es también una narración romántica, pero la acción folletinesca es sustituida por el interés sociológico, los personajes principales están, dentro de su idealización, caracterizados con relieve, y hay una carga de pasión poderosa que revela una fuerza creadora de indudable autenticidad.

Madurez.

Dentro del mismo género, consideramos más interesantes entre sus obras: Ruinas y El Caballero de las Botas Azules.

Ruinas es un cuadro de costumbres, centrado alrededor de tres tipos humanos, tres habitantes de una pequeña villa, ejemplares por sus valores espirituales, que se sobreponen a su decadencia social. El estilo es llano, humor cordial, desengranado y generoso, agudamente satírico, se cierne sobre todo el relato.

El caballero de las botas azules, fantasía satírica. Confluyen elementos de dos campos, por una parte, la libre imaginación y por otra, la sátira realista de costumbres. Para poner la ridiculez, la hipocresía, la locura y la ignorancia que reinaba en la sociedad. Presenta un afán por castigar a las gentes de irresponsables y necias.

Follas novas, es el título de su último libro que contiene su ontología, su metafísica, no hay en ellos la menor intención didáctica, ni ningún propósito filosófico. Rosalía desahoga su corazón en estos poemas que revelan una visión sombría de la existencia humana. Pero su sinceridad, testimonio de vivencias no enturbiadas en su comunicación por ganga de inhibiciones o perjuicios. En este sentido son registros de una visión de la vida de gran autenticidad.

En los Cantares, Rosalía asume la voz del pueblo gallego. Su obra maestra en castellano es, En las orillas del Sar, versos de tono íntimo, de extraña penetración, cargados de nocturna belleza. Otras piezas de literatura rosaliana son poesías sueltas, cuadros breves de costumbres, artículos de revistas y un cuento en gallego.

POEMAS:

Cando vos oyo tocar,
campaniñas, campaniñas,
sin querer torno á chorar.

Cando de lonxe vos oyo,
penso que por min chamades,
e d’as entrañas me doyo.

Dóyome de dor ferida,
qu’antes tiña vida enteira
y hoxe teño media vida.

Sólo media me deixaron
os que d’aló me trouxeron
os que d’aló me roubaron.

Non me roubaron, traidores,
¡ai!, uns amores toliños,
¡ai!, uns toliños amores.

Qu’os amores xa fuxiron...
As soidades viñeron...
De pena me consumiron.

(Fragmento de "Campanas de Bastabales"

Miña terra, miña terra,
terra donde m’eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei.

Prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiñas d’o meu contento.

Muiño d’os castañares,
noites craras d’o luar,
campaniñas timbradoiras
d’a igrexiña d’o lugar.

Amoriñas d’as silveiras
que eu lle daba ô meu amor,
camiñiños antr’o millo,
¡adiós para sempr’adiós!

¡Adiós, gloria! ¡Adiós, contento!
¡Deixo a casa onde nascín,
deixo a aldea que conoço,
por un mundo que non vin!

Deixo amigos por extraños,
deixo a veiga pol-o mar;
deixo, en fin, canto ben quero...
¡quén puidera non deixar!

(fragmento de "Adiós ríos, adiós fontes)

A ORILLAS DEL SAR

I

A través del follaje perenne
que oír deja rumores extraños,
y entre un mar de ondulante verdura,
amorosa mansión de los pájaros,
desde mis ventanas veo
el templo que quise tanto.

El templo que tanto quise...,
pues no sé decir ya si le quiero,
que en el rudo vaivén que sin tregua
se agitan mis pensamientos,
dudo si el rencor adusto
vive unido al amor en mi pecho.

2

¡Otra vez!, tras la lucha que rinde
y la incertidumbre amarga
del viajero que errante no sabe
dónde dormirá mañana,
en sus lares primitivos
halla un breve descanso mi alma.

Algo tiene este blando reposo
de sombrío y de halagüeño,
cual lo tiene, en la noche callada,
de un ser amado el recuerdo,
que de negras traiciones y dichas
inmensas, nos habla a un tiempo.

Ya no lloro..., y no obstante, agobiado
y afligido mi espíritu, apenas
de su cárcel estrecha y sombría
osa dejar las tinieblas
para bañarse en las ondas
de luz que el espacio llenan.

Cual si en suelo extranjero me hallase,
tímida y hosca, contemplo
desde lejos los bosques y alturas
y los floridos senderos
donde en cada rincón me aguardaba
la esperanza sonriendo.

(fragmento de "A las orillas del Sar")

MARGARITA

1

¡Silencio, los lebreles
de la jauría maldita!
No despertéis a la implacable fiera
que duerme silenciosa en su guarida.
¿No veis que de sus garras
penden gloria y honor, reposo y dicha?

Prosiguieron aullando los lebreles...
-Los malos pensamientos homicidas!-
y despertaron la temible fiera...
-¡la pasión que en el alma se adormía!-
Y ¡adiós! en un momento,
¡adiós gloria y honor, reposo y dicha!

2

Duerme el anciano padre, mientras ella
a la luz de la lámpara nocturna
contempla el noble y varonil semblante
que un pesado sueño abruma.

Bajo aquella triste frente
que los pesares anublan,
deben ir y venir torvas visiones,
negras hijas de la duda.

Ella tiembla..., vacila y se estremece...
¿De miedo acaso, o de dolor y angustia?
Con expresión de lastima infinita,
no sé qué rezos murmura.

Plegaria acaso santa, acaso impía,
trémulo el labio a su pesar pronuncia,
mientras dentro del alma la conciencia
contra las pasiones lucha.

¡Batalla ruda y terrible
librada ante la víctima, que muda
duerme el sueño intranquilo de los tristes
a quien ha vuelto el rostro la fortuna!

Y él sigue en reposo, y ella,
que abandona la estancia, entre las brumas
de la noche se pierde, y torna al alba,
ajado el velo..., en su mirar la angustia.

Carne, tentación, demonio,
¡oh!, ¿de cuál de vosotros es la culpa?
¡Silencio...! El día soñoliento asoma
por las lejanas alturas,
y el anciano despierto, ella risueña,
ambos su pena ocultan,
y fingen entregarse indiferentes
a las faenas de su vida oscura.

(fragmento de "Margarita")"

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

Miguel de Cervantes Saavedra nació el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares (Madrid). Cuarto hijo del cirujano Rodrigo de Cervantes y de Leonor de Cortinas. Cuando contaba 4 años de edad se trasladó con su familia a Valladolid, ciudad donde estaba afincada la corte del rey de España, Felipe II. En el año 1561 la corte fue trasladada a Madrid, en donde la familia Cervantes se traslada también. Poco se sabe de los estudios que cursara Miguel en su infancia y adolescencia, pero no parece que fueran los que hoy llamamos universitarios. Ya en Madrid, parece ser que fue maestro suyo Juan López de Hoyos, destacado literato de la época. Con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal Acquaviva. Recorrió Italia, se enroló en la Armada Española y en 1571 participó con heroísmo en la batalla de Lepanto, "la más grande ocasión que vieron los siglos". En la batalla de Lepanto, que es donde comienza el declive del poderío turco en el Mediterráneo, formaban el frente cristiano: la marina española; el estado del Vaticano; y el estado de Venecia. Allí fue en donde Cervantes, a consecuencia de un disparo de arcabuz recibido en el pecho y en el brazo izquierdo, perdió gran parte de la movilidad de éste, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto.

El 26 de septiembre de 1575, cuando regresaba a España, los corsarios asaltaron su barco en la desembocadura del río Ródano, le apresaron y llevaron a Argel, donde sufrió cinco años de cautiverio. Cervantes quedó libre después de que unos frailes trinitarios pagaran por él un rescate, el 19 de septiembre de 1580. A su regreso a Madrid encontró a su familia en la ruina. Cuando contaba 37 años de edad se casa en Esquivias (Toledo) con Catalina de Salazar y Palacios, de 19 años; arruinada también su carrera militar, intenta sobresalir en las letras. Y publica la novela "La Galatea" (1585) y lucha, sin éxito, por destacar en el teatro. Sin medios para vivir, es destinado a Andalucía como comisario de abastos y recaudador de impuestos para la Armada Invencible. Allí acaba en la cárcel, acusado de irregularidades en sus cuentas. También fue excomulgado por tres veces ante el intento de cobrar a la iglesia los impuestos que ésta estaba obligada a satisfacer.

En 1605 publica la primera parte del Quijote; el éxito dura poco. En 1606 regresa a Madrid, en donde vive con apuros económicos y se entrega a la creación literaria. En sus últimos años publica las "Novelas ejemplares" (1613), el "Viaje del Parnaso" (1614), "Ocho comedias y ocho entremeses" (1615) y la segunda parte del Quijote (1615). El triunfo literario no lo libró de sus penurias económicas. Dedicó sus últimos meses de vida a "Los trabajos de Persiles y Segismunda" (de publicación póstuma, en 1617). Murió en Madrid el 23 de abril de 1616 y fue enterrado de caridad.

Cervantes centró sus primeros afanes literarios en la poesía y el teatro, géneros que nunca abandonaría. Su obra poética abarca sonetos, canciones, églogas, romances, letrillas y otros poemas menores dispersos o incluidos en sus comedias y en sus novelas. También escribió dos poemas mayores: Canto de Calíope (incluido en "La Galatea") y "Viaje del Parnaso" (1614). La valoración de su poesía se ha visto perjudicada por ir incluida dentro de casi todas sus novelas, por la celebridad alcanzada como novelista en prosa e incluso por su propia confesión en este famoso terceto que figura en "Viaje del Parnaso":

Yo, que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo.

Aunque en otras ocasiones se enorgullece de sus versos, en su tiempo no logró ser reconocido como poeta.

Tampoco tuvo mejor suerte en el teatro, por el que se sintió atraído desde joven; al regreso del cautiverio llegó a estrenar con éxito varias comedias, pero tampoco sus contemporáneos lo aceptaron como dramaturgo. Cervantes, con una concepción clásica del teatro, tuvo que soportar el triunfo arrollador de Lope de Vega (su eterno rival) en la escena española.

De la primera época (1580-1587), anterior al triunfo de Lope de Vega, se conservan dos tragedias: "El trato de Argel" y "La destrucción de Numancia". A la segunda época pertenecen las "Ocho comedias y ocho entremeses" (1615). Las comedias son "El gallardo español"; "La casa de los celos y selvas de Ardenia"; "Los baños de Argel"; "El rufián dichoso"; "La gran Sultana doña Catalina de Oviedo"; "El laberinto de amor"; "La entretenida y Pedro de Urdemalas".. Y los entremeses: "El juez de los divorcios"; " El rufián viudo"; " La elección de los alcaldes de Daganzo"; " La guarda cuidadosa"; " El vizcaíno fingido"; " El retablo de las maravillas"; " La cueva de Salamanca"; "El viejo celoso".

En la prosa narrativa Cervantes empezó escribiendo una novela pastoril que fue su primer libro publicado, con el título de "Primera parte de La Galatea" (1585) aunque nunca hubo una segunda parte. Entre 1590 y 1612 Cervantes fue escribiendo una serie de novelas cortas que, después del reconocimiento obtenido con la primera parte del Quijote en 1605, acabaría reuniendo en 1613 en la colección de "Novelas ejemplares".

Aunque la verdadera y merecida fama, le viene a Miguel de Cervantes por su inmortal novela de don Quijote de la Mancha. Es posible que Cervantes empezara a escribir el Quijote en alguno de sus varios periodos de encarcelamiento a finales del siglo XVI, pero casi nada se sabe con certeza. En el verano de 1604 estaba terminada la edición de la primera parte, que se publicó a comienzos de 1605 con el título de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha"; el éxito fue inmediato. Luego en Tarragona, en el año 1614 aparecía la publicación apócrifa escrita por alguien oculto en el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, quien acumuló en el prólogo insultos contra Cervantes. Alguno de sus biógrafos apunta a su eterno rival y enemigo Lope de Vega, como la persona que se ocultaba tras el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda. Cervantes llevaba muy avanzada la segunda parte de su inmortal novela, pero acuciado por el robo literario y por las injurias recibidas, hubo de darse prisa para la publicación de su segunda parte que tituló "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha" y apareció en 1615; por ello, a partir del capítulo LIX, no perdió ocasión de ridiculizar al falso Quijote y de asegurar la autenticidad de los verdaderos don Quijote y Sancho. En 1617 las dos partes se publicaron juntas en Barcelona. Y desde entonces el Quijote se convirtió en uno de los libros más editados del mundo y, con el tiempo, traducido a todas las lenguas con tradición literaria.

BREVE MUESTRA DE SU OBRA POÉTICA:

Epitafio

El calvatrueno que adornó a la Mancha
de más despojos que Jasón decreta;
el jüicio que tuvo la veleta
aguda donde fuera mejor ancha,

el brazo que su fuerza tanto ensancha,
que llegó del Catay hasta Gaeta,
la musa más horrenda y más discreta
que grabó versos en la broncínea plancha,

el que a cola dejó los Amadises,
y en muy poquito a Galaores tuvo,
estribando en su amor y bizarría,

el que hizo callar los Belianises,
aquel que en Rocinante errando anduvo,
yace debajo de esta losa fría.

Del Paniaguado, académico de la Argamasilla,
In laudem Dulcinæ del Toboso

Esta que veis de rostro amondongado,
alta de pechos y ademán brioso,
es Dulcinea, reina del Toboso,
de quien fue el gran Quijote aficionado.

Pisó por ella el uno y otro lado
de la gran Sierra Negra, y el famoso
campo de Montïel, hasta el herboso
llano de Aranjüez, a pie y cansado.

Culpa de Rocinante, ¡oh dura estrella!,
que esta manchega dama, y este invito
andante caballero, en tiernos años,

ella dejó, muriendo, de ser bella;
y él, aunque queda en mármoles escrito,
no pudo huir de amor, iras y engaños.

(Soneto con estrambote)

En el soberbio trono diamantino
que con sangrientas plantas huella Marte,
frenético, el Manchego su estandarte
tremola con esfuerzo peregrino.

Cuelga las armas y el acero fino
con que destroza, asuela, raja y parte:
¡nuevas proezas!, pero inventa el arte
un nuevo estilo al nuevo paladino.

Y si de su Amadís se precia Gaula,
por cuyos bravos descendientes Grecia
triunfó mil veces y su fama ensancha,

hoy a Quijote le corona el aula
do Belona preside, y de él se precia,
más que Grecia ni Gaula, la alta Mancha.

Nunca sus glorias el olvido mancha,
pues hasta Rocinante, en ser gallardo,
excede a Brilladoro y a Bayardo.

Amadís de Gaula a don Quijote de la Mancha

Tú, que imitaste la llorosa vida
Que tuve ausente y desdeñado sobre
El gran ribazo de la Peña Pobre,
De alegre a penitencia reducida,

Tú, a quien los ojos dieron la bebida
De abundante licor, aunque salobre,
Y alzándote la plata, estaño y cobre,
Te dio la tierra en tierra la comida,

Vive seguro de que eternamente,
En tanto, al menos, que en la cuarta esfera,
Sus caballos aguije el rubio Apolo,

Tendrás claro renombre de valiente;
Tu patria será en todas la primera;
Tu sabi autor, al mundo único y solo.

Sonetos extraídos de la novela "La Galatea" (I)

Blanca

Cual si estuviera en la arenosa Libia,
o en la apartada Citia siempre helada,
tal vez del frío temor me vi asaltada,
y tal del fuego que jamás se entibia.

Mas la esperanza, que el dolor alivia,
en uno y otro extremo, disfrazada
tuvo la vida en su poder guardada,
cuándo con fuerzas, cuándo flaca y tibia.

Pasó la furia del invierno helado,
y, aunque el fuego de amor quedó en su punto,
llegó la deseada primavera,

donde, en un solo venturoso punto,
gozo del dulce fruto deseado,
con largas pruebas de una fe sincera.

(página web consultada http://www.los-poetas.com/d/cerva.htm)

GLORIA FUERTES

GLORIA FUERTES

BREVE BIOGRAFÍA:

El 28 de julio de 1917 nace Gloria Fuertes en Madrid, en la calle de la Espada, del castizo barrio de Lavapiés, en el seno de una familia humilde. A los 14 años su madre la matriculó en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer en la calle Pinar, donde obtuvo diplomas de Taquigrafía y Mecanografía, Gramática y Literatura así como en Higiene y Puericultura. En el año 34 fallece su madre y Gloria empieza a trabajar como contable en una fábrica. Talleres Metalúrgicos, donde entre cuenta y cuenta escribe poemas. En 1935 publicó sus primeros versos y dio sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid. Desde 1938 hasta 1958 trabaja de secretaria en "horribles oficinas", según ella misma confiesa.
En 1939 aparece como redactora de la Revista Infantil "Maravillas", donde publicaba semanalmente cuentos, historietas y poesía para niños, hasta el año 1953. 1940-1945: se estrenan diversas obras suyas de teatro infantil y poemas escenificados en varios teatros de Madrid. Desde 1940 hasta 1955 es colaboradora de la revista femenina "Chicas" donde publica cuentos de humor. En 1942 conoce a Carlos Edmundo de Ory, integrándose en el movimiento poético denominado "Postismo" y colaborando en las revistas "Postismo" y "Cerbatana".
En 1947 funda junto a Adelaida Lasantas el grupo femenino "Versos con faldas" que se dedica durante dos años a ofrecer lecturas y recitales por cafés y bares de Madrid. En este mismo año obtiene el 1º premio de "Letras para canciones" de Radio Nacional de España. 1950: publica "Isla Ignorada", su primer poemario. 1950 - 1954, fundadora y directora de la revista poética "Arquero" junto con Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal. En 1952 estrena su primera obra de teatro en verso "Prometeo" en el Teatro del Instituto de Cultura Hispánica. En 1954 publica en Lírica Hispana (Caracas) "Antología Poética" y "Poemas del suburbio". Ese mismo año aparece "Aconsejo beber hilo" en la colección Arquero.
1955-1960: cursa estudios de biblioteconomía e Inglés en el International Institute. Organizó la primera biblioteca Infantil Ambulante para pequeños pueblos. En 1958 obtiene la primera mención del concurso "Lírica Hispana" de Caracas con su obra "Todo asusta". Desde 1958 hasta 1961 trabajó como bibliotecaria en el Instituto Internacional.
Desde 1960 a 1963 reside en los Estados Unidos al obtener una beca Fullbright de Literatura Española, impartiendo clases en las universidades de Brucknell, Mary Baldwin y Bryun Mawr. "La primera vez que entré en una universidad fue para dar clases en ella". A su vuelta de Estados Unidos imparte clases de español para americanos en el Instituto Internacional. En 1965 obtiene el Premio Guipúzcoa de poesía con "Ni tiro, ni veneno, ni navaja". En 1966, premio "Lazarillo" con "Cangura para todo". 1968: Le conceden el Diploma de Honor del Premio Internacional Andersen para Literatura Infantil. Ese mismo año publica "Poeta de guardia". 1972: Beca March para Literatura Infantil, que le permite dedicarse por entero a la literatura.
A mediados de los años 70 colabora activamente en diversos programas infantiles de TVE, siendo "Un globo, dos globos, tres globos" y "La cometa blanca" los que la convierten definitivamente en la poeta de los niños. Recibiendo en cinco ocasiones el Aro de Plata de este medio informativo. A partir de estos años la actividad de Gloria Fuertes es imparable: lecturas, recitales, homenajes... siempre cerca de los niños; publicando continuamente, tanto poesía infantil como de adultos. Fallece el 27 de noviembre de 1998, en Madrid.

ALGUNOS POEMAS:

LAMENTO EN LA MONTAÑA

Aún te veo, río de mi vida,
con los ojos que miran las montañas.
Yo era una montaña con almendros
montaña solitaria.
Y viniste alegre con tu canto
y me besaste toda con tu agua.
Me dejaste inquietud para la noche
y el alma enamorada.
Aún te veo, río de mi vida,
en la curva lejana,
te vas cantando más entre los chopos,
te vas cantando más que en tu llegada.
Y yo, paralítica montaña;
inmóvil te recuerdo,
enferma de volcanes, alocada,
espero tu regreso, río loco,
que pasaste besando
mi cuerpo de montaña.
Tuviste que seguir tu destino de río,
y yo el mío triste de tierra amontonada.
Me dice el viento que vas al mar,
Te sigo río mío, con los ojos,
ya que no puedo seguirte con las plantas.
Soñé... te quedarías a mi lado,
como un lago sin cisnes,
para siempre, acunando mi ansia.
Qué locura más loca
enamorarse de un río una montaña!

AMOR QUE LIBERA

Ya no soy la niña amarga
que tenía un mar de llanto
y alta ortiga por el alma.
Ya no soy la niña enferma
que al oír risas lloraba;
ya salí del solitario
bosque que me acorralaba.
Ahora soy la niña verde,
porque floreció mi calma.
Ya no soy la loca triste,
ya no soy la niña blanca,
nuevo amor ha traspasado
con el nardo de su lanza
mi corazón, que ahora tiene
un nombre de menta y ámbar.
¡Ay cuánta sonrisa noto
que trepa por mis espaldas!
¡Qué brillo tienen mis ojos
-viudos de siete mil lágrimas-!
La vida me sabe a verso
y los besos a manzana.
-El monte arregla sus pinos,
por las rocas el mar baila-.
El amor danza en mi pecho.
¡Ya me quiere! ¡Ya me aguarda!
Ya no soy la loca triste,
que al oír risas gritaba;
ahora soy la niña dulce,
ya no soy mujer amarga.

YA VES QUÉ TONTERÍA.

Ya ves qué tontería,
me gusta escribir tu nombre,
llenar papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre;
Decir a los niños tu nombre
escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así.
Me creo que siempre que lo digo me oyes.
Me creo que da buena suerte:
Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima nada más que tu nombre

A VECES QUIERO PREGUNTARTE...

A veces quiero preguntarte cosas,
y me intimidas tú con la mirada,
y retorno al silencio contagiada
del tímido perfume de tus rosas.
A veces quise no soñar contigo,
y cuanto más quería más soñaba,
por tus versos que yo saboreaba,
tú el rico de poemas, yo el mendigo.
Pero yo no adivino lo que invento,
y nunca inventaré lo que adivino
del nombre esclavo de mi pensamiento.
Adivino que no soy tu contento,
que a veces me recuerdas, imagino,
y al írtelo a decir mi voz no siento.

NACÍ PARA POETA O PARA MUERTO

Nací para poeta o para muerto,
escogí lo difícil
-supervivo de todos los naufragios-,
y sigo con mis versos,
vivita y coleando.
Nací para puta o payaso,
escogí lo difícil
-hacer reír a los clientes desahuciados-,
y sigo con mis trucos,
sacando una paloma del refajo.
Nací para nada o soldado,
y escogí lo difícil
-no ser apenas nada en el tablado-,
y sigo entre fusiles y pistolas
sin mancharme las manos.

RAFAEL MONTESINOS

RAFAEL MONTESINOS

Rafael Montesinos, poeta sevillano, Hijo Predilecto de Andalucía en 1989, falleció el 4 de marzo a los 84 años en el hospital Ramón y Cajal de Madrid a consecuencia de un fallo renal. Montesinos, Premio Nacional de Literatura en 1958 y 1977, había ingresado por una insuficiencia respiratoria tres días antes en este hospital.
El poeta, autor de ’Los años irreparables’, había nacido el 30 de septiembre de 1920 en Sevilla, ciudad en la que cursó el Bachillerato en el colegio Villasís de los jesuitas, y en 1941 se trasladó a Madrid, ciudad en la que ha vivido desde entonces.
Sus primeros poemas aparecieron en 1943 en la revista ’Garcilaso’ y en esa época colaboró también en laa revistas ’Espadaña’ e Insula y en otras publicaciones nacionales y extranjeras.
Poco después de llegar a Madrid publicó ’Balada del amor primero’ (1944), pero su primer libro de poemas, ’Canciones perversas para una niña tonta’, lo editó dos años más tarde junto a su obra ’El libro de las cosas perdidas’. En 1948 publicó ’Las incredulidades’ y en 1952 fundó la Tertulia Literaria Hispanoamericana y editó su primer libro de ensayo con el título ’Los años irreparables’.
Un año más tarde obtuvo el Premio Ateneo de Madrid por ’País de la esperanza’, obra con la que abandonó sus referencias al pasado para situarse en el presente.
Tras ’Cuaderno de las últimas nostalgias’ (1954) y ’La soledad y los días’ (1956), Montesinos obtiene el Premio Nacional de Literatura y el Ciudad de Sevilla con ’El tiempo en nuestros brazos’, libro de poemas dedicado a su mujer y sus hijos.
En 1963 fue elegido por unanimidad miembro de la Hispanish Society de Nueva York y, después de obras como ’La verdad y otras dudas’ (1966) o ’Antonio Zarco, estudio sobre su vida y su obra’ (1976), obtiene un año más tarde el Premio Nacional de Literatura en la categoría de ensayo por su libro ’Bécquer, biografía e imagen’.
Es además autor de las obras: «Balada del amor primero» en 1944, «Antología poética» en 1956, «El tiempo en nuestros brazos» en 1958 y «La verdad y otras dudas», ’El libro de los gorriones’ (1984), ’De la niebla y sus nombres’ (1985), ’Alzado en almas, canciones, poemas y verso libre para Andalucía’ (1987) y ’La semana pasada murió Bécquer’, entre otras.

Rafael Montesinos nos lega una poesía de muy variados registros en la mejor tradición de la sensibilidad de Gustavo Adolfo Bécquer (a quien él estudió en profundidad) y de otros grandes maestros sevillanos: los hermanos Machado y Luis Cernuda. El escritor sevillano nació el 30 septiembre de 1920. Cursó el bachillerato en el colegio Villasís de los jesuitas. A principios de 1941 trasladó su residencia a Madrid, donde vivía desde entonces. Sus primeros poemas aparecieron en 1943 en la revista «Garcilaso». En esa época colaboró también en «Espadaña» y en publicaciones de todo el mundo.

Maestro de fecundas promociones:

En 1952 fundó la Tertulia Literaria Hispanoamericana, el mejor espejo en el camino de la poesía hispánica. En 1953 obtuvo el Ateneo de Madrid por «País de la esperanza», donde se sitúa en una afirmación del presente que derivará hacia motivos sociales en «La verdad y otras dudas». De 1958 es «El tiempo en nuestros brazos», libro de poemas dedicado a su mujer y sus hijos, extraordinaria celebración del mundo doméstico y con el que fue galardonado con el Nacional de Literatura y el Ciudad de Sevilla. En 1963 fue elegido, por unanimidad, miembro de la Hispanic Society de Nueva York. Con «Bécquer, biografía e imagen» logró el Nacional de Ensayo y el Fastenrath de la Real Academia en 1979. Hijo predilecto de Andalucía, algunas de sus obras han sido publicadas en sistema Braille y traducidas a diversos idiomas. Sus perfectas poesía y métrica han sido revalorizadas por la más fecunda promoción de poetas actuales.

Dice de él Antonio Burgos:

“Rafael Montesinos ha vivido siempre instalado en el abono de la carrera oficial de la nostalgia. La nostalgia en el tiempo, la nostalgia en el espacio.
La nostalgia en el tiempo, que empezó a vivir desde muchacho. Rafael Montesinos tiene nostalgia de la niñez desde el mismo día que la perdió, desde el mismo día que se enamoró de una niña sevillana y la amó junto a un tapiz clásico con Dante y Beatriz. Su insuperable prosario de "Los años irreparables" es nostalgia a pie de obra, a pie de infancia perdida, y hallada al tercer día entre los doctores del templo de la melancolía becqueriana, en el que Montesinos oficia de sumo sacerdote. Y la nostalgia en el espacio, que se llama Sevilla.”

Andaluz como pocos, hondo, serio. Su Tertulia Hispanoamericana del Instituto de Cultura Hispánica fue muchos martes, lustros de martes, una activa ventana abierta a la poesía andaluza, cuando otros la negaban. Cuando nadie hablaba de Andalucía, Montesinos hasta tenía nostalgias de ella. El colofón de sus libros de versos lo demuestra. Es tan andaluz de la Bética, del olivo de Tarazona, que su "Viva Andalucía Libre" lo pone en latín de Villasís: "Laus Baeticae".

Su amistad con José García Nieto, también poeta, periodista y fundador de la Revista Garcilaso y ganador entre otros de un premio Cervantes, fallecido en el 2001, le llevó a relacionarse con él de modo epistolar. En algunas de esas epístolas se hallan poemas originales de puño y letra del autor.

Ver: http://www.garcianieto.com/rafael_montesinos.htm

POEMAS:

A UNA ADOLESCENTE

Porque en tu sangre había
diecisiete caballos galopando,
en el dulce pecado de la carne
tú y yo nos encontramos,
que el amor vuelve un día de repente,
igual que vuelve el árbol
del estéril invierno a la más verde
mentira del verano.

Porque en tu sangre había
diecisiete caballos galopando,
al corazón quisiste
llegar y te quedaste entre mis manos.
Mi corazón es sitio solamente
de corazón. Me lo dejé olvidado
en una tierra roja de olivares
donde todo es más claro.
Déjalo sollozar. Sólo me sirve
para un amor lejano.

Pero medí tu cuerpo con mis besos,
tus besos con mis labios,
para las altas lunas de tus pechos
fui poeta romántico,
porque en tu sangre había diecisiete
caballos galopando.

EL RITO Y LA REGLA

En el patio mi padre con su túnica
negra, en la madrugada más profunda
de la clarísima ciudad, se ha puesto
solemnemente el negro capirote.

Silencioso es el rito, no aprendido
sino heredado, yéndole en la sangre,
pues los siglos se ven hasta en la forma
de sujetarse el antifaz al rostro.

(Y silencioso y sin hablar con nadie,
el nazareno escogerá el camino
mas corto….)

Oh padre mío,
cuánto silencio hay en este Viernes,
tan lejos de mi vida,
cerrada para siempre la cancela
que a nadie espera ya.

Hoy la memoria escoge
el camino más corto para herirme.
(Viernes del 82)

Ver:http://www.antonioburgos.com/antologia/semana_santa/anecdotas/montesinos.html

LAS DEMÁS... ¿CÓMO FUERON?

Las demás... ¿cómo fueron? Tú jugabas
en algún sitio, niña todavía.
Bajo la madrileña luz del día,
entre juegos y penas me esperabas.

Las demás... ¿dónde fueron? Tú cantabas:
«Yo tenía un castillo...», y Dios sabía
que era yo, poco a poco, quien hacía
el castillo que matarileabas.

«Las demás, ¿cómo fueron?», me preguntas
pensativa la boca, el aire triste,
bajos los ojos y las manos juntas.

¡Las demás! ... ¿Quiénes fueron? Yo quisiera
que me explicaras cómo te me hiciste
tan niñamente mi pasión primera.

SONETO A JOSÉ GARCÍA NIETO PORQUE ME VIO MUERTO EN ESCENA

Tan fácil es morirse de repente
que de repente, amigo, me he quedado
muerto entre bastidores, transformado
en frío aquel calor que hubo en mi frente.

Si morir es sentir lo que se siente
cuando falta el amor, yo le he entregado
a la Muerte -impaciente enamorado-
mi vertical mentira indiferente.

Ya me llevan en vilo a la salida
para dejarme donde están aquellas
mujeres que llorándome adivino.

Muerto a la escena voy como la vida,
que estaba muerto ya cuando mis huellas
encontraron un día su camino.

YO ESTOY SOLO EN LA TARDE

Yo estoy solo en la tarde. Miro lejos,
desesperadamente lejos. Quedan
por el aire las últimas palabras
de los enamorados que se alejan.
Las nubes saben dónde van, mi sombra
nunca sabrá dónde el amor la lleva.
¿Oyes pasar las nubes, dime, oyes
resbalar por el césped mi tristeza?

Nadie sabe que amo. Nadie sabe
que si llegó el amor trajo su pena.
Yo estoy sólo en la tarde y miro lejos.
No sé de dónde vienes a mis venas.

Te me vas de las manos, no del alma.
Nos separan montañas, vientos, fechas.
El amor, cuando menos lo pensamos,
se nos viste de ausencia.

Estoy en soledad. Miro a lo lejos
oscurecer la tarde y mi tristeza.
Estoy pensando en ti y estoy pensando
que acaso en soledad también me piensas.

SÁLVAME

A eso puedo decir -respondió Don Quijote-
que Dulcinea es hija de sus obras.
(II parte, cap. XXXI!)

Pobladora de todos mis sentidos,
tan castamente tú la pobladora,
sálvame, amor, ahora y en la hora
de la muerte, la tierra y los olvidos.

Ay, niña, sálvame a ratos perdidos
la eternidad que al alma, triste, llora
ya por perdida, oh mi eternizadora,
mi arcángel de los gestos doloridos.

Álcese ya mi voz en tu alabanza,
corazón que en un sólo nombre fija
mi corazón de yentes y vinientes,

oriunda de mi única esperanza,
hija de Dios y de tus obras hija,
que me salvas con besos diferentes.