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Un soplo de brisa fresca

Manuel Altolaguirre, un poeta intimista...

Manuel Altolaguirre, un poeta intimista...


LAS CARICIAS

¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
¡Qué acordes tan profundos!
¡Qué escalas de ternuras,
de durezas, de goces!
Nuestro amor silencioso
y oscuro nos eleva
a las eternas noches
que separan altísimas
los astros más distantes.
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!


TUS PALABRAS

Apoyada en mi hombro
eres mi ala derecha.
Como si desplegaras
tus suaves plumas negras,
tus palabras a un cielo
blanquísimo me elevan.
Exaltación. Silencio.
Sentado estoy a mi mesa,
sangrándome la espalda,
doliéndome tu ausencia.


ERA MI DOLOR TAN ALTO

Era mi dolor tan alto,
que la puerta de la casa
de donde salí llorando
me llegaba a la cintura.
¡Qué pequeños resultaban
los hombres que iban conmigo!
Crecí como una alta llama
de tela blanca y cabellos.
Si derribaran mi frente
los toros bravos saldrían,
luto en desorden, dementes,
contra los cuerpos humanos.
Era mi dolor tan alto,
que miraba al otro mundo
por encima del ocaso.


Trino

Quiero vivir para siempre
en torre de tres ventanas,
donde tres luces distintas
den una luz a mi alma.

Tres personas y una luz
en esa torre tan alta.

Aquí abajo, entre los hombres,
donde el bien y el mal batallan,
el dos significa pleito,
el dos indica amenaza.

Quiero vivir para siempre
en torre de tres ventanas.


FIN DE UN AMOR

No sé si es que cumplió ya su destino,
si alcanzó perfección o si acabado
este amor a su límite ha llegado
sin dar un paso más en su camino.
Aún le miro subir, de donde vino,
a la alta cumbre donde ha terminado
su penosa ascensión. Tal ha quedado
estático un amor tan peregrino.
No me resigno a dar la despedida
a tan altivo y firme sentimiento
que tanto impulso y luz diera a mi vida.
No es culminación lo que lamento.
Su culminar no causa la partida,
la causará, tal vez, su acabamiento.

Crepúsculo

¡Ven, que quiero desnudarte!
Ya se fue la luz, y tengo
cansancio de estos vestidos.
¡Quítame el traje! Que crean
que he muerto, porque, desnuda
mientras me velan el sueño,
descanso toda la noche;
porque mañana temprano,
desnuda de mi desnudo,
iré a bañarme en un río,
mientras mi traje con traje
lo guardarán para siempre.
Ven, muerte, que soy un niño,
y quiero que me desnuden,
que se fue la luz y tengo
cansancio de estos vestidos.

( De Vida poética)

Noche

El alma es igual que el aire.
con la luz se hace invisible,
perdiendo su honda negrura.
Sólo en las profundas noches
son visibles alma y aire.
Sólo en las noches profundas.

Que se ennegrezca tu alma
pues quieren verla mis ojos.
Oscurece tu alma pura.
Déjame que sea tu noche,
que enturbie tu transparencia.
¡Déjame ver tu hermosura!

(De Lo invisible)

Notas biográficas

Nació en Málaga en 1905. Cursó la carrera de Derecho, que ejerció brevemente. Desempeñó también otras profesiones, además de la de abogado, sobre todo de impresor, publicando colecciones tipográficas a mano de poesía en Madrid, París, Londres, La Habana y Méjico: Poesía, La tentativa poética, Héroe, Caballo verde para la poesía, 1916, La Verónica, El ciervo herido.

Por todo esto se puede dudar si en su persona es mas importante valorar su poesía o su colaboración inestimable como vehículo material y estético de la poesía de los demás, tal es su importancia como impresor. Aparte de la tan citada Litoral, de la que fue Cofundador con Prados, publicó otras revistas importantes y destacables, como su mujer -la poetisa Concha Méndez- editó, en la colección Héroe, libros fundamentales de poesía.

En 1933 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su libro La lenta Libertad. La guerra civil le llevó a expatriarse, marchando a América y residiendo principalmente en Cuba y posteriormente en Méjico, donde continuó su labor como editor, si bien se va adentrando cada vez más en el mundo cinematográfico, como guionista, productor y director. Vuelto a España en 1959, halló la muerte ese mismo año, junto a su mujer, en un trágico accidente de automóvil.

(extraído de sapiens.ya.com/narci3012/manu.htm)

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