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Un soplo de brisa fresca

A UNA DESCONOCIDA

Hoy, que las nubes oscurecen el cielo
y la bruma se desplaza conmigo,
nos tropezamos en un lugar común.
Sin esperarlo, recibí de tus ojos,
un rayo solidario de reconocimiento,
y tus labios,-mujer anónima-,
dibujaron una leve sonrisa.
En segundos, devorada por la marea humana,
te perdiste. Así, nunca sabrás
que esa sonrisa se hizo bonanza
para mi tempestad, y ungüento de mis llagas.
He venido a manchar de gratitud
este papel, para guardar el sentir,
que engendró una mirada
-hecha soplo de brisa cálida-,
cuando flotando a la deriva,
me aferré al salvavidas de tu sonrisa. ®

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