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Un soplo de brisa fresca

LA ROSA Y LA HIERBA

LA ROSA Y LA HIERBA Llegaron a la vida casi a un tiempo,
cada una marcada por su destino.
Crecieron en jardines diferentes.
La una rosa en búcaro ostentoso;
la otra, hierba asentada al borde del camino.
La rosa fué ornato de salones,
recreo para la vista,
objeto de atenciones.
La hierba nunca atrajo las miradas.
Si acaso alguna vez
hubo de doblar herida;
(consecuencia de vivir en el suelo,
y al no vestir galana,
pasar desapercibida).
Aquella más delicada,
perdió sus galas imperceptiblemente:
una hoja ahora...otra mañana...
y desnudo de su encanto,
el búcaro ya solo mostraba
un tallo desolado.
En tanto la humilde hierba finalizaba
su ciclo vital sin estridencias,
y entregado su espacio, no fué entonces
ni más ni menos bella. ®

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