POR ALEGRÍAS
Calentaba el sol esos balcones
a los que asomabas a llenarte de mañana,
y era una aparición el verte arrebolada.
Tus mejillas, pétalos de amapola,
los ojos bajos, por sentirte contemplada.
Brasas eran mis ojos, y en ardiente llamarada
envolviéndote al descuido, mi mirada.®
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