Blogia
Un soplo de brisa fresca

A veces, el hechizo de la noche
se hace más fuerte, mas tangible,
dotando de palabra a los silencios.
Golpea al ritmo cadencioso de tambores,
que suenan con sabor a caña, a melao y ron;
o al compás de la caricia tibia, brotada
del canto alegre de un acordeón.
Así, abierta la invisible cajita de música
de los recuerdos, entre emoción y ritmo
transcurre el tiempo,
y cada minuto nostálgico o vacío,
reclama su momento.
Yo, en mi rabia, soy arañazo
que rasga mi propia alma.
Salvados sueños y quimeras,
me hallo hambrienta de vino y estrellas;
me sobran las promesas,
suscritas a golpes de pasión;
rubricadas entre dudas y suspiros;
me sobran las caricias que abaten soledades,
y ahuyentan los temidos silencios;
me sobran moradas
para esta amenazante orfandad del alma..
Prefiero la deriva,
bajo la luz amable de la luna;
que tú me llames,
y me apures desde el sueño,
y yo acuda, a obtener incertidumbres
a cambio de ternura.
Quiero que me desarmes de prudencias.
Hallarte en el espejo
cada día, y sentir como respiras;
escuchar tus gemidos
cuando seamos carne con carne.
Quiero tus ojos expectantes,
tu sonrisa amable, tu risa pícara;
ser huésped de tu piel suave,
vivir en ti los días,
...en tanto que los días nos acompañen.

0 comentarios