EL HOMBRE QUE YO AMO
Fotografía: Sofía Barral
El hombre que yo amo
sabe afrontar el gozo y la desdicha.
En la alegría festivo y optimista.
En el pesar sereno y resignado.
Valiente ante el dolor
afronta los reveses de la vida,
y orgulloso no inclina la cerviz.
A veces oscuro y taciturno,
se aleja quién sabe a que lugares
impenetrables y profundos.
Pero cuando regresa a mi regazo,
lo hace siempre rendido, enamorado,
y es un niño feliz y satisfecho.
No imagino ser, si él no existiera;
sin su presencia amante o esquiva.
Él es la luz y la sombra de mi vida.
Ángel o diablo, luz o tinieblas;
mientras mi alma baila en soledad
él acompaña siempre a mi tristeza.
Bien se que es inútil resistirse
al embrujo hechicero de sus ojos,
esclava soy, quiero su yugo,
él es mi inquietud y mi reposo.
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