TE HE DE AMAR COMO NINGUNA
Llamaste un día a mi puerta
a pluma desenvainada,
y fue tu pluma palabra,
y tu palabra la espada
que atravesó mis sentidos.
Fuiste luz y sombra oscura;
hubo tiempos de hambre y frío
y cuando el frío arreciaba
yo buscaba tu palabra,
para que fuese mi guía
y el manto que me abrigara.
Y fue transcurriendo el tiempo..
La soledad y la pena
abatieron la esperanza.
Más, sin embargo en las noches
en que me alumbra la luna,
me devora la añoranza,
y huérfana de tu verbo
al viento lanzo mi empeño:
te he de amar, como ninguna.
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