POEMAS DE ESTELLA
AMANECE EN BRATISLAVA
El tren iba ligero como una pluma al aire,
buscaba su camino de plata entre las sombras,
la ilusión del viajero dormía en las literas,
reposaban los cuerpos rotos por el cansancio,
y yo desde el pasillo, adelantando el tiempo,
como un ave nocturna a la luna miraba,
quizá en algún lugar, tú también la mirases.
Poco a poco en el cielo
el milagro diario comenzó a realizarse,
más rápido que nunca,
el sol majestuoso acortaba distancias
con el azul planeta,
como si dos amantes,a la cita
acudieran, después de mucho tiempo
sin poder olvidarse.
Y sentí tanta envidia en aquel gran instante
que quise ser la tierra y poder abrazarte,
sobre las grandes cúpulas y las altas agujas,
a traves del Danubio y los barcos mercantes,
y envolverme contigo como te envuelve el aire.
LAS OLAS
Olas, soñé que llegaban,
olas, a mí corazón,
y con ellas se llevaban
la arena de una ilusión.
Con las esperanzas viejas
iba construyendo el mar
arrecifes de corales,
donde nunca naufragar.
Un nuevo velero espera,
anclado en el pecho está,
con la experiencia por casco
y en las velas un cantar,
lanzado a los cuatro vientos,
por el cielo, tierra y mar:
"Necesarias son las olas,
siempre ayudan a llegar".
AQUEL DÍA QUE HABLAMOS DE PATRIA
Asombrada escuchaba tu idea de patria.
Y yo, que no tenía, me sentía apátrida.
La patria no existe, es una falacia.
Pero hoy, amor mío, en que todo cambia,
también tengo patria.
La patria es mi casa, el prado jugoso,
el rumor del agua, el viento agitando
las ramas del fresno, y los limoneros
con guirnaldas blancas.
El niño travieso que ríe sin causa.
Y además de ésto, también son mi patria
un libro, un poema... la risa en tu cara.
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