El hombre vestido de rabia (de Pedro A. -cravens-)
El hombre vestido de rabia,
levantó su mano al cielo
y el niño de la inocencia,
con las manos cubrió su rostro.
El niño gritó,
¡no!,¡por favor no me pegues!.
Y la mano tembló en la altura
sus dedos se cerraron sobre la palma,
el hombre la miró,
y no reconoció su mano,
se asustó del mal que encerraba.
Miró al niño,
y unos ojos vidriados de miedo
le rasgaron el alma.
Y el hombre vestido de rabia se desnudó
quemó sus ropas,
volvió a vestirse de hombre.
Y ese hombre vestido de hombre,
su mano bajó a la tierra
acarició al niño,
tomó una lágrima de su cara
y la guardó en sus ojos.
Cravens
levantó su mano al cielo
y el niño de la inocencia,
con las manos cubrió su rostro.
El niño gritó,
¡no!,¡por favor no me pegues!.
Y la mano tembló en la altura
sus dedos se cerraron sobre la palma,
el hombre la miró,
y no reconoció su mano,
se asustó del mal que encerraba.
Miró al niño,
y unos ojos vidriados de miedo
le rasgaron el alma.
Y el hombre vestido de rabia se desnudó
quemó sus ropas,
volvió a vestirse de hombre.
Y ese hombre vestido de hombre,
su mano bajó a la tierra
acarició al niño,
tomó una lágrima de su cara
y la guardó en sus ojos.
Cravens
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