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Un soplo de brisa fresca

Son de amores (y desamores)

Y fué tarde....

Y fué tarde....

Ojalá hubieses aguardado a que el tiempo
tomase partido por Nosotros;
qué te pudiese susurrar algún poema,
de los que para TI escribí;
qué mis labios llegasen a rozar tu piel de bruma,
o tus cabellos de trigo;
qué mi mirada te hablase de amor paciente,
de esperanza;
qué hallases en mi aliento el aire que precisas.
Pero he llegado tarde.
Y mis ojos se cierran, apagados.
Mi tiempo se retira, cobarde.
Mis oídos se ahogan en silencios. Mi piel ya no arde.
Te presiento caminando, cansado,
vacía la mirada,
tu vida, adormecida nuevamente,
la mía, marchando hacia ninguna parte,
y me hiere sentirte en lejanía,
y me pierde haber llegado tarde.

Tenías tan abierto el corazón...

Tenías tan abierto el corazón...


Tenías tan abierto el corazón,
tan franco el paso hacia sus aposentos,
que la idea de adentrarme fué tormento,

ya que el camino estrecho, prometía
algún posible encuentro –indeseado-
con quién, tal vez volviera
de ocupar tu corazón –en el pasado-,

y no existiendo guardia,
ni muros que su entrada protegieran,
sabía de otras rondas a su frontera.

Yo intentaba forzar la confianza.
Aliviarme, empujando a la osadía.
Más el temor a la mudanza era cruel agonía,

y sin haber logrado decidirme,
me quedé sola, deambulando,
para alejarme al fin de su confines.

TUS OJOS

TUS OJOS

En soledad, y a la orilla del mar,
dónde la melodía -atrapada en el aire-,
nace del cortejo de las olas
a la arena que bañan,
cuelga la luna, suspendida
en su oscuro escenario.
Yo anhelo vislumbrarla
en argentado reflejo,
dueña de tus pupilas.
¡Son tan hábiles tus ojos
en proyectar hermosura.!
He contemplado en ellos,
-tántas veces-
reflejarse rojizas puestas de sol,…
amaneceres blancos..
¡Y son tan sinceros,
aunque a menudo te burlen.!
Me han cantado amores, en tanto
el resto de ti fingía derrochar enojos...
Deja pues que me refleje en los espejos
huéspedes de tu rostro.
Que me pierda en su silencio,
en tanto que aguardamos
al baño plateado de la aurora.

TE BUSCO...

TE BUSCO...

Te busco entre las gentes,
traspasando tinieblas,
en hombres, en mujeres,
en soles y en estrellas.
Te busco en el efímero
destino de una rosa,
en las frágiles alas
de quince mariposas,
Te busco en las ojeras
de un insomne cualquiera.
En la boca atrevida
de cincuenta rameras.
En lechos impolutos
y en otros mancillados
En manos inocentes
y en hijos del pecado.
Te busco sin descanso,
te busco a toda hora,
ya sea en el Paraiso
ó en Sodoma y Gomorra.
Yo busco con empeño
tu corona de espinas.
Da igual si te someto.
Da igual si me lastimas.
Ya sea en cuerpo a cuerpo
o a trecho razonable.
Hagas de mi una reina
o una miserable.
Tal vez vistas de luto
ó de seda radiante,
Tal vez te encuentre bruto.
Tal vez interesante.
Amor que te me niegas,
Amor que te me escondes,
¿Porqué de mi reniegas?
¿Porque nunca te llegas
y pronuncias mi nombre?
Yo te sigo buscando,
buscaré a toda hora
tu corona de espinas
ya sea en el Paraíso,
en Sodoma y Gomorra,
o en mis manos vacías.


Que no me asalte el desamor...

Que no me asalte el desamor...

¡Que no me asalte el desamor,
que no llame a mi puerta!
Esperaré, presta a alzar
muros a su embestida,
porque no has sido mío todavía,
porque no he sido dueña de tus voluntad,
no admito hablar de despedidas!,
no aceptaré la soledad!

Que no me asalte el desamor.
Que no venga a turbar
este sueño loco y solitario,
que busca realizarse en tu destino.
Ahora que navegaba en tu corriente,
que había hallado el camino,
y perseguía el calor de tu morada
y tu cobijo -aun siendo peregrina-.

Que no me asalte el desamor.
Que no venga a vestir de zarzas mi deseo.
A acosar mis días apacibles con su mordaz cordura.
Que no lance cuchillos de agonía.
¡Si todavía no te tengo!
Si todavía es utopía este pálpito,
que me induce a soñar sobre mi pecho,
el rubor encendido de tus mejillas,
tu morbosa inocencia, el descaro
que fingen mis turbados pensamientos.

Qué no me asalte el desamor,
Que no me ahogue en su desaliento.

ENREDARME EN TI

ENREDARME EN TI

Si hoy me atreviese a salir a buscarte,
a marchar en pos de tu latido
y enredando tus besos con los míos,
reconocerte mío, y abrazarte.

Si yo supiera, con palabras, expresarte
el caudal de emociones que me asedia
cuando me brindas esa tu sonrisa tierna,
y me acaricia tu mirada amante.

Querría siete vidas que entregarte,
para vestir de pasión tus madrugadas,
para invadir todos tus días con mis ansias,
y mitigar tus tristezas al instante.

Ven a beber de la copa rebosante
de este amor dulce y pleno de ternura.
Ven amor, a compartir esta locura,
¡Prometo que jamás tendrás bastante.!

DE NUEVO SE ME VA ....

DE NUEVO SE ME VA ....


De nuevo se me va
y lo hace de puntillas,
¡tan en silencio!
Apenas fue tangible,
apenas fue un suspiro.
Una leve caricia para el alma.
Un soplo de aire fresco.

Llegó sin avisar,
sin avisar me deja,
aun sin haber gozado del encuentro,
aun sin haberle unido a mi existencia.
Se ha apagado su luz y hasta su eco
ha ensordecido, se han secado
los tulipanes que cultivó en mi huerto
y aquí me quedo, yerma.

Mas sé que volverá,
-siempre regresa-
aunque tenga otro rostro
y sean otras manos
las que me tienda,
aunque sea otro oído
el que, sobre mi pecho
se incline, a escuchar su latido.

¡Como temo ya ese momento!
Tampoco entonces cabrá la huida,
y de nuevo, me aferraré al instante,
me abrazaré al destello
de otras pupilas en las mías,
y me he de enamorar sin pretenderlo.

CONFESIÓN

CONFESIÓN

Tus aguas y mi lecho
tu pelo y mi perfume,
tus ojos y mis besos.
Mis besos y tu piel,
..en tu piel me estremezco.

Y surcando tu pecho
de tu vientre hice un lienzo
que mis labios mancharon
del color del deseo.

Tu pícara ternura
y mi guiño risueño
se enredaron como hilo en madeja.

Yo soy nube, y tú el viento.

MATEMÁTICA SIMPLE

MATEMÁTICA SIMPLE

No temas a los días venideros,
que no vendrá el futuro,
hasta que agotemos el presente,
y se nos hayan muerto los te quieros;
se apague la caricia,
se borren los destellos que brillan en mis ojos
cada vez que me encuentro
tu mirada en la mía. Multipliquemos
caricias por abrazos,
y sumemos los besos que caben en tu piel,
…restemos los silencios…
En cuanto a ti y a mi, somos indivisibles,
como el alma y el cuerpo
ó el amor y el deseo.
¡Y que el tiempo transcurre! No te importe,
que tu y yo nos bastamos,
con las sobras del tiempo.

EN UN ABRAZO...

EN UN ABRAZO...

Tu quieres que yo vea por tus ojos,

que ame con tus brazos,

que sueñe el dulce anhelo apasionado

que te envuelve y te arrastra.

Y quieres ser la risa de mis labios,

el cielo de mis ojos,

el límite de mi universo,

y yo amor, tal vez podría

ser bonanza en tu travesía,

conmovedor poema que te arranque

un llanto emocionado,

lumbre viva, que guíe tus pasos.

Salvarte del hastío

tan cercano, que se derrama

en todo su espesor sobre tu vida,

y no quisiera ser, si en ti no me hallo;

Remar espalda con espalda,

y rescatar tu velero a la deriva.

Atajar las distancias,

vestir esta alma mía, tan desnuda,

tan sencilla, de pétalos rosaceos,

de lirios blancos,

y alzada entre mareas de ternura,

fundirla con la tuya en un abrazo.


Poema nacido de un sueño de otoño

Poema nacido de un sueño de otoño


Te llegas a mi vida
cuando yo me repliego...
Has abatido todas mis murallas.
Has borrado mis páginas no escritas,
las que contenían los códigos fundamentales,:
¡cómo no defraudar! ¡cómo lucir perfecta!
cómo jamás ponerse en evidencia…!
Te miro fascinada..,
en busca de esa magia tan tuya
que ha quebrantado mis convicciones,
y me ha desnudado de alma
ante censores, allegados y espontaneos.
Todos ellos tantean un espacio ciego,
Pero, qué importa su ceguera,
o su juicio implacable,
su clemencia o su condena…
Qué extraña sensación se deriva
de este deseo de ti, prohibido;
de esta necesidad de derramarse
en olas líquidas de pasión, quizás,
o tal vez de ternura, sobre tu cuerpo,
sobre tu alma…
De acurrucarse en tu regazo tibio
o acogerte en el mío amoroso…
¡Y qué acometida sufre mi alma,
por parte de tu presunto amor..!
Ojalá estuvieses a mi lado
en esta lucha con gigantes,
-no les creas, cuando te digan
que tan solo son molinos-,
tu y yo, amor, sabemos
que en ocasiones los gigantes
adoptan extrañas formas.


ADIÓS

Caliente todavía el hueco
que ocuparon nuestros cuerpos
entre sábanas revueltas,
esta noche de mayo,
los ojos se entreabren,
a la aurora.
El tic tac del reloj recuerda
que corre el tiempo veloz
en nuestra contra.
Y mis manos te enredan,
en un alarde de ternura,
por retenerte aún unos instantes.
Llega la ceremonia del aseo
y te acompaño,
y en la hora del desayuno amargo,
-hoy los dulces no endulzan-.
Es tu sonrisa mármol
y es hielo tu mirada.
En silencio, me llevas a la estación.
Te digo “ve con cuidado”..
no te digo “es el fin”,
¡para qué...si lo sabes!
De puntillas, para estar a tu altura,
te abrazo con desgarro,
tus labios en los míos,
y no se para el tiempo,
pero hoy, se ha muerto mayo…
Con premura, como el que huye
de la escena de un crimen;
nos separamos.
Después, vacíos andenes,
ojos velados por lágrimas secas,
y sueños sepultados.

NIÑA..

Tienes los ojos de almendra
-ambarinos y brillantes-,
y una sonrisa perlada,
las mejillas encendidas
si los rubores te ganan,
y, ¡qué linda estás mi niña
tan morena, arrebolada.!
Y ese pelo como seda
que tu lindo rostro enmarca.
¡Y esa voz, que es la dulzura,
si es que la dulzura habla.!
Y tienes la cara, niña,
-fresca, como rosa fresca-,
fiel espejo de esa alma
que te asoma por los ojos
palpitante, cual crisálida
que cada noche desnudas,
para al llegar la mañana
vestirla de mariposa,
y rozarme con sus alas.
¡Y que decir de ese beso
que hubo entre nuestras miradas!,
que las bocas no se dieron
por sentirse acobardadas.
Todo fluye mansamente,
y los sueños nos alcanzan
siempre que somos capaces
de no volverles la espalda.
Entrecrucemos los dedos
mientras las almas se palpan,
deja que sea tu espejo,
mientras que la luz sesgada
te ilumina en contrapunto,
y los ecos de tu nombre
surgidos de mi garganta
eclosionan a tu paso
y a tu paso se derraman,
y yo abrazo tu pasión,
y tu mi amor me demandas.

RENACER

RENACER Tu y yo nos hacemos llama ardiente,
escondida al asomo de la aurora…,
notas de música volando danzadoras,..
capullos asomando en el prado agrestre.

A tu lado me envuelven las fragancias
que resultan de vestir mis verdes galas,
Tú, libélula, agitando las alas,
vienes a mí y te posas seductora.

Has hallado lugar y momento
para entre velos acariciarme,
y eliges asimismo cuando amarme,
recreando el momento perfecto.

Derrama en mí tu magia seductora.
Hazme parte de un sueño inolvidable,
y que al fin esta vida miserable
renazca iluminada por tu gloria.

HUELES...

HUELES... Hueles a fantasía desbordada;
a bravío deseo desatado;
a liquidez que emerge cual reclamo;
a mirada febril y atormentada.

A piel con otra piel aderezada;
a testuz que no reconoce amo;
silencio sepulcral, si te reclamo;
a llama que devora las entrañas.

A reo condenado al fuego eterno;
a carne desgarrada a dentelladas.
A criatura surgida del infierno,

que clava en mi sus uñas afiladas,
intentando arrastrarme hasta el averno
donde penan las almas desahuciadas.

SER TUYA...

SER TUYA...

Yo no pretendo sacudir tu vida,
ni quiero despertar tus miedos.
No deseo retirar los velos
con los que, púdico, cubres lo que sientes.

Solo quiero amor, serenamente,
acercarme sigilosa hasta esa orilla,
en que la luz de tu mirada brilla,
y el deseo de amar se hace más fuerte.

Y allí en silencio, contemplarte
mientras vives, respiras, te enamoras;
mientras ríes alegre; mientras lloras.

Ser tu refugio si de mi precisas.
El regazo cálido que te reciba.
El bálsamo que alivie tus heridas.

Ser aquella que únicamente,
por ser la que más te ama,
sea dulce placer para tu cuerpo,
y plácido descanso de tu alma.

FUISTE MIO

FUISTE MIO

Fuiste mío durante un breve suspiro.
Fuiste la savia que alimentó mi alma.
La brisa suave que acaricia,
cuando la tempestad es vencida por la calma.
Fuiste mío como sólo se posee
el aire preciso para respirar.
Como abraza intensamente el mar
a las cálidas playas dónde halla reposo.
Fuiste mío, y cual río caudaloso
inundaste mi ser con tu corriente.
Bebí el agua clara de tu fuente;
y en ella mi sed se vió saciada.
Fuiste mío desesperadamente,
cuando en tus ojos me perdía cautiva.
Cuando en ti navegando a la deriva
hallé mi puerto casi sin buscarlo.
Mío fue tu cuerpo fuerte y bravo,
victorioso en nuestras batallas incruentas,
y tuyo mi turbado corazón,
dónde pasión y amor
se mixturaban en mezcla perfecta.