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Un soplo de brisa fresca

CON TEMPLANZA

CON TEMPLANZA

Con templanza, puedo contemplar
el camino recorrido a tientas.
El lento avanzar en el desierto
estéril, yermo. De evocar, sin ira,
la huida hacia delante,
perseguida sin tregua
por el fracaso, en ciega carrera,
en pos de la amargura.
Puedo al fin, ungida de fe, revivida
por un soplo de esperanza,
retornar del viaje al purgatorio,
y sonreir, ante las llagas,
que ya cicatrizan.®

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